Friday, April 13, 2012

DAR TODO LO QUE UNO TIENE


Vivimos tiempos difíciles y, a pesar de ello, no tenemos tiempo para reflexionar sobre lo que aún podemos hacer por los demás.



Para entender mejor lo que supone la educación en valores, mejor leer este pequeño relato y que nos haga reflexionar sobre lo que hacen muchos seres cuando se entregan, lo dan todo por los demás.


El hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente.


Una niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la vitrina. Los ojos de color del cielo brillaban cuando vio un determinado objeto. Entró en el negocio y pidió para ver el collar de turquesa azul.


- Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito? - dice ella.


El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó:


- ¿Cuánto dinero tienes?


Sin dudar, ella saco del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:


- ¿Eso da?


Eran apenas algunas monedas que ella exhibía orgullosa.


- Sabe, quiero dar este regalo a mi hermana mayor.


Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es el cumpleaños de ella y tengo el convencimiento que quedara feliz con el collar que es del color de sus ojos.


El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.


- Tome, dijo a la niña. Lleve con cuidado.


Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo.


Aun no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho e indagó:


- ¿Este collar fue comprado aquí?


- Sí señora.


- ¿Y cuánto costó?


- ¡Ah!, hablo el dueño del negocio. El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.


La joven continuó: "Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tendría dinero para pagarlo".


El hombre tomo el estuche, rehízo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven.


- Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar.


- ELLA DIO TODO LO QUE TENIA.


El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la faz emocionada de la joven en cuanto sus manos tomaban el pequeño envoltorio.


LA PASCUA. CURIOSIDADES


Celebramos la Semana Santa y no sabemos mucho sobre las costumbres y curiosidades de la Pascua.



La Pascua es una fecha importante en los calendarios de otras religiones además de la cristiana. Sin embargo, lo que hoy conocemos y las actuales celebraciones de la Pascua tienen raíces conocidas que comienzan desde la misma palabra Pascua. ¿Por qué “Pascua”?


En la mayoría de los idiomas con excepción del inglés y del alemán, el nombre Pascua deriva de la palabra Pesach, nombre hebreo para las pascuas, una festividad judía que está ligadamente fuertemente con la católica. Las Pascuas judías duran entre 7 u 8 días en recuerdo del éxodo y la libertad del pueblo israelita, que escapara del faraón egipcio. Salvo las acepciones del inglés (Easter) y el alemán, el resto de los idiomas suelen utilizar términos referidos a la Pascua, basados en la palabra hebrea.


La Pascua tiene orígenes judíos. Aunque en el Nuevo Testamento o en las Escrituras de los padres apostólicos, no hay ninguna indicación de la existencia del festival de Pascua, un texto de comienzos del siglo II sostiene que el festejo de Pascuas es una práctica temprana en el cristianismo. Sin embargo, la mayoría de los historiadores concuerdan en que el festejo conocido mundialmente como Pascha (o variaciones de eso) se presentó muy probablemente como continuación de las celebraciones de la Pascua judía, con un fuerte énfasis en la Resurrección de Jesús y con algunos agregados posteriores provenientes de culturas paganas.


En las raíces germánicas, la Semana Santa y Pascua tienen un origen, símbolos y tradición comparables. No hay duda sobre ciertas raíces paganas de los rituales de las Pascuas cristianas. En la zona germánica, al igual que en otras regiones del mundo, la evangelización no pudo desarraigar del todo los festejos más importantes de estos pueblos. Allí se celebraba antiguamente una fiesta en honor a Eostre, diosa pagana germánica de la primavera y la luz – de ahí la palabra Easter, para definir Pascua-. Era un festival del equinoccio de la primavera, el 21 de marzo, en el que se celebraba el fin del frío y la oscuridad y la vuelta a la vida después del crudo invierno.


Parte de la simbología de esta fiesta era el conejo, adoptado como símbolo de fecundidad, que aún hoy en día se sigue utilizando en las decoraciones de esta celebración. Este elemento de la tradición de Europa occidental nunca fue aceptado por los cristianos ortodoxos, lo que nos indica que es verdaderamente un icono ajeno a la Pascua religiosa.


Los huevos coloreados como rayos del sol son traídos por el conejo de Pascua, también como símbolo de la fecundidad y de la vida que renace. Los niños de varias partes del mundo, colorean y esconden huevos de Pascua. Sin embargo, este juego tampoco fue adoptado por países tradicionalmente cristianos, otro prueba del origen pagano de estos símbolos.


Cuando veas conejos y huevos de chocolate de Pascua, ya sabes cual es su origen, aunque comercialmente no tienen en cuenta ni religión ni tradiciones. Nosotros tenemos nuestras gustosas “monas” que también llevan huevo y el conejo… ¡en arroz!


EL TERCER CLAVO


Historias y leyendas que configuran narraciones inverosímiles.


Hoy he tenido la oportunidad de conocer a un escritor de nuestra tierra, más concretamente de Lorca: Frank J. Marber, Un escritor joven pero muy curtido en estos menesteres. No es famoso, no lo es, por el momento. Su obra toca temas de misterio, asombrosos, de aspectos místicos mezclados con la magia, el esoterismo y las leyendas más recónditas.


“El tercer clavo”, su primera obra, tiene, como en todo, una influencia cercana: la de su padre. En Lorca, conocida por su peculiar orografía y sus muchas iglesias, tiene un cierto parecido a los santos lugares en donde crucificaron a Jesus. Este autor, jugando con la documentación más precisa, nos lleva entre la realidad y lo ficticio a que dudemos o acreditemos que, dando por sabido que dos clavos se veneran en la Santa Sede de Roma, el tercero, según cuenta una guía del propio Vaticano no se supo nunca nada de él… En esta obra aparece, con todo detalle, desde su origen, en el año 33 que muere Jesús, hasta nuestros días. Mejor leer la obra durante estos días y seguro que le apetece, al concluir la lectura, el comprobar la verdad sobre lo que en ella se describe.


Siguiendo en esa línea, Marber (de Martinez Bernal), sigue con los entresijos de otras fábulas o posibles situaciones que, mezcladas entre leyenda y realidad, nos conducen a crear nuestras propias argumentaciones para dar significado a todo lo que, en su rico lenguaje, nos podamos imaginar. “El gusano de seda”, basado en los guerreros de Siam. Otro juego de lugares y momentos que no te permiten dejar la lectura hasta acabarla. “La página 64” de los juegos por “indicadores” en letras, páginas y párrafos, hacen que el lector abandone su lugar de lectura y se sumerja por cada renglón de la novela hasta encontrar, en errores de impresión, posibles mensajes de investigación para conocer el desenlace final.


Y sus dos últimas obras, recomendadas, “El llamador de ángeles” y “El juego de la oca”, esta última saldrá a finales de Mayo. La primera hace alusión a un pequeño cascabel que se cuelga del cuello de las embarazadas y que, tras el parto, sirve para tranquilizar a los niños que lo han escuchado durante su gestación en el seno materno… La historia que lleva este pequeño amuleto es de lo más interesante. El juego de la oca, conocido por todos, ya es sabido que su forma gráfica para poder jugar es en espiral, pero sus elementos son detalles del Camino de Santiago. El misterio, la brujería o sectas que provocan la aventura de un investigador, traen al lector un nuevo espacio donde viajar y hacer un recorrido muy especial por el tan conocido Camino de Santiago.


Recomendable la lectura para estos días, por lo menosEl tercer clavo y así nos ahorramos de ver, por enésima vez, Ben-Hur o La sábana Santa, entre otras.

LA LEYENDA DEL CAMINANTE


Una historia real como la vida misma.

Suena el despertador con la misma murga de todos los fines de semana. Parece que estoy viviendo la película “Atrapado en el tiempo”. Aunque es domingo, como todos los domingos desde hace ya unos meses, tengo la costumbre de caminar durante largo tiempo largas distancias. Necesito levantarme, no tan temprano como el resto de días de semana, pero lo hago. Hoy, como ayer, hace un frío polar.


Voy sacando el dedo gordo del pie por debajo de las sábanas y mantas y, aunque en la habitación hay 20 grados, la sensación térmica es notoria: el dedo gordo nota mucho el frescor. ¡Decisión y valentía! Ya tengo el cuerpo “envuelto” en prendas de abrigo invernales. Me pongo a caminar.


La cabeza, cubierta por ese gorro de lana marinero, negro, muy parecido al del protagonista de “Alguien voló sobre el nido del cuco”. El viento del norte viene con cuchillas hirientes; no se ha equivocado el meteorólogo. Voy oyendo las noticias con mi MP3. No han pasado ni cinco minutos, casi llegando al puente de El Llano de Molina, y el MP3 ha dejado de funcionar. El frío va calando la cara y el rostro aguanta el envite. Hace un sol tibio, pobretón y una bruma finísima se dispersa en el entorno. Voy siguiendo la estela de una mujer que camina rápida; al final, se mete en un portal cercano a lo que se conoce como el CPR de profesores de Molina. Vuelve el viento de costado a trabajar la cara por el oído izquierdo, lo tapo con más refuerzos, para lo que utilizo la solapa de la pelliza noruega. El sol se está tapando por unas nubes que vienen del norte, blancas y cargadas de nieve. En el horizonte, a la altura del cruce de Fortuna con la NAL 301, puedo ver un velo blanco de nieve cayendo sobre las faldas de esas montañas, un cuadro de invierno triste y precioso a la vez. La luz, entonces, se torna gris.


Estoy cerca del cementerio de El Llano, un pequeño cementerio con toques lúgubres en sus detalles de primera vista. La puerta, con la fuerza del viento, golpea de forma sincronizada contra el cierre una y otra vez. Una de sus cruces, en el movimiento, ofrece una danza extraña, invocadora. Sopla el viento entre los árboles. Los cipreses se inclinan a modo de respeto, como si pasara un cortejo fúnebre. El roce de las ramas de los pinos se asemeja a violines desafinados, a estridentes melodías que esperan el súbito son de un coro de ánimas con voces desgarradas. El cielo se torna mucho más gris, un gris plomizo. Comienzan a caer gotas de agua gélidas que parecen lágrimas de algún alma en pena que pide misericordia sobre un suelo de tierra láguena, seco, agreste, crujiente. Hay un par de nichos -los veo desde la puerta- que tienen flores en el suelo secas, rotas, como un soneto simbólico a la destrucción a la muerte.


No hay nadie, solo estamos el viento y yo: una página de un relato inédito de E. A. Poe. Y tengo miedo. Me voy, un tanto acelerado, sin saber ni por dónde salgo, pero helado de frío o miedo. Y, en el horizonte, la blancura del viso de una nube, como el faldón de la tela de un fantasma.

LEYENDAS Y CURIOSIDADES (II)

Sigue de la semana anterior… “El collar de la encantada”


Durante muchas generaciones, siempre hubo alguien que decía haberla visto deambular por los alrededores de su cárcel eterna, como un espectro que se paseaba cubierto de joyas, arrullado por el murmullo del agua que manaba de una fuente cercana, siempre en la noche de San Juan, siempre desapareciendo apenas llegaban las primeras luces del alba. Y aunque el espectro jamás mostró animosidad hacia nadie, pocos se atrevían a acercarse al lugar maldito. Pasaron años, siglos, conquistadores que iban y se marchaban de Murcia. Y así, cuentan que en el siglo XV de nuevo otra joven de singular belleza habitó las cercanías de Benamor. Hija del comendador de la villa, siendo tan hermosa como era, no eran pocos sus pretendientes, a los que ella no tomaba demasiado en serio y con los que jugaba, caprichosa y consciente de sus encantos.


El más constante de ellos, don Pedro López de Villora, decidió poco antes de San Juan pedirle que definiera de una vez sus intenciones. Y ella no tuvo mejor idea que pedirle que le trajera el collar de perlas que se decía que lucía el espíritu de la dama de Benamor cuando paseaba las noches de San Juan, en prueba de su amor.


Pero don Pedro era un valiente guerrero, que no podía amedrentarse y mucho menos tratándose del espíritu de una doncella que, a buen seguro, ningún daño podía hacerle. Así que acudió en la fecha señalada a los alrededores de la cueva maldita, de donde, en efecto, vio salir casi flotando a una dama pálida, lánguida... aunque sin la joya preciada en su cuello. Se acercó entonces a ella y le habló de cómo necesitaba su collar para alcanzar el amor soñado, mientras la muchacha espectral le miraba, entre divertida, entristecida y sorprendida por la valentía -y la impertinencia- del muchacho.


Habiendo escuchado la historia, ella volvió sobre sus pasos y entró en la cueva seguida del caballero, descendieron por unas escalinatas labradas en la misma piedra y llegaron a una puerta que la mujer golpeó suavemente.


La abrió el fantasma negro que llevaba guardando a la mujer todos estos años, pero se mantuvo quieto, a la espera. Y mientras don Pedro empezaba a sudar y a temblar ante la presencia del peligroso ser con el que no había contado, la mujer entró en la sala, abrió un cofre y sacó de él el collar que le había pedido, dejándolo en sus manos. Pero entonces el guardián espectral susurró con una voz gélida que parecía introducirse directamente en uno, más allá de los huesos, que nada de cuanto en ese lugar se hallaba podría volver jamás al mundo de los vivos.


Don Pedro, nervioso y frustrado por estar tan cerca de su objetivo, lanzó una estocada con su espada al lugar donde debiera haberse encontrado el corazón de la figura... para verse envuelto al instante en una nube oscura de humo que le asfixiaba. Lo último que oyó fue el llanto suave de la mujer espectral.


A la mañana siguiente unos pastores encontraron el cuerpo del joven enamorado muerto y sin ninguna señal de violencia, y lo llevaron al pueblo. Y nuestra caprichosa protagonista, sabiéndose responsable de haber llevado a la muerte a don Pedro, quedó al instante muda de por vida.


Cuentan aún que en la noche de San Juan sigue paseándose la dama de Benamor... pero hace tiempo ya que nadie ha vuelto a intentar hacerse con ninguno de los tesoros que se ocultan en su morada. Saben que son solo para el disfrute de los muertos.


Leyenda tradicional murciana, recopilada por Juan García Atienza

LEYENDAS Y CURIOSIDADES



Hay cientos de curiosidades que, por su contenido, merece la pena conocerlas, incluso podrían explotarse de modo cultural y turístico.


En cierta ocasión, hablando con mi amigo Ricardo Montes, profesor y doctor en Historia, me narraba, una tras otra, curiosidades que son poco conocidas pero, por su alcance o por lo que supuso, bien deben de tenerse en cuenta. Hay otras, que como en todo, simplemente quedan en curiosidad, pero que forman parte de nuestra historia. Entre ellas, recogida en sus publicaciones y de otros autores (Benjamín Amo, autor nacido en Murcia en 1980), podemos enterarnos de cosas como estas:


La catedral de Cartagena ha entrado en el capítulo de leyendas. De ella se dice que es la más antigua de España, fundada por el apóstol Santiago, que desembarcó en la ciudad. También se habla de apariciones nocturnas de una mujer que fue emparedada en el castillo de la Concepción.


Otra leyenda es la de los lamentos que se escuchan en la biblioteca de Alcantarilla, ubicada en la antigua casa de las Cayitas, al caer la medianoche. En ese edificio estuvo la sede de la Inquisición en el siglo XVIII.


Más de un pescador asegura haber visto el fantasma de una princesa rusa asesinada por el propietario de la isla del Barón. Los de Escombreras, El Portús y La Azohía hablan de una nao fantasma que aparece al alba del día de la Virgen con un cañonazo.


En la I Guerra Mundial desembarcó en Cartagena un ataúd que nadie reclamó hasta que alguien lo pidió en A Coruña. Fue transportado por carretera, con sucesos de vampirismo a su paso. Al final se lo quedó un noble serbio que vivía en Alhama.


Bien podíamos competir con Teruel en historias románticas y esxplotalas para el turismo, una de esas Leyendas es la conocida como “El collar de la encantada”…


En la Murcia visigoda vivía una joven condesa llamada Ordelina, prometida desde niña al noble Sigiberto según los dictados de su padre. Sucedió que el padre de la doncella murió poco antes de que se celebrase la boda, con lo que la heredera, viéndose libre del compromiso contraído con Sigiberto, decidió casarse con su rival. La ceremonia se celebró la víspera de San Juan, aún recientes los funerales del padre.


Y estaban a punto de consumar la unión en esa noche mágica cuando el espíritu furioso del padre se les apareció, y reprochándole a su hija la traición y la impaciencia para celebrar su boda, arrancó su alma del cuerpo en brazos de su esposo, quien se encontró abrazando a un cadáver. El alma encantada de la doncella fue recluida, junto con sus joyas y sus pertenencias, al lugar conocido como Benamor, en una caverna escondida tras un peñasco de donde solo podría salir unas horas, siempre en la noche de San Juan. Y ahí la dejó, custodiada por un enorme esclavo fantasmal. (sigue)

PEQUEÑO TRIUNFO DE LA MUJER EN ARABIA SAUDÏ



Un paso hacia la libertad, en estas culturas intransigentes, es un paso y, espero, se den muchos más.


Hace poco, y como no podía ser menos, nos pusieron de mala leche las noticias de una niña casada con 15 años y que su “especie marido” la obligaba a prostituirse y, además, le propinaba brutales palizas. Yo no entiendo como las sociedades del mundo ponen más interés en paliar estas situaciones que van contra los principios y derechos de los seres humanos.


Me llega una noticias, breve, curiosa, pero que parece que puede ser el principio de que se vayan tomando conciencia de esa igualdad entre hombre y mujer, sin que ninguna creencia diga donde debe estar el hombre y la mujer.


Parece que la monarquía absolutista de Arabia Saudí empieza a tener en cuenta que su absurdo integrismo no lleva a ninguna parte. En la corta historia del país, nacido a principios del siglo pasado a manos de los británicos, nunca ha habido tanto debate público y protestas contra el moralismo hipócrita wahabi.


Estos días, las mujeres de Arabia Saudí han ganado una pequeña cota de libertad, podrán alojarse solas en los hoteles. Desde ayer, las mujeres de Arabia pueden alojarse solas en hoteles del país sin necesidad de ir acompañadas por un hombre de su familia. Tan sólo deberán presentar un carné de identidad y permitir que el establecimiento las registre en la comisaría de Policía más cercana.


Según recoge el diario saudí “Al-Watan”, el Ministerio de Industria y Comercio saudí envió recientemente una circular a todos los hoteles del país pidiendo que se permita a las mujeres solas alojarse en sus instalaciones. La medida también recoge la posibilidad de que una mujer alquile un apartamento amueblado, algo prohibido hasta ahora.


Arabia Saudí es uno de los países del mundo que más estrictamente aplica la segregación de géneros. Dentro de sus fronteras, las mujeres no pueden andar solas por la calle, ya que siempre deben ir acompañadas de un varón de su familia.


Además, es el único país del mundo que prohíbe a sus súbditas conducir, lo que ha desatado en los últimos meses numerosas protestas feministas en la capital del país. Este veto (como ya ha ocurrido con los hoteles), podría tener, sin embargo, los días contados, según publicaba ayer «The Daily Telegraph», que citaba a un funcionario saudí. Esperemos que se quede en millones de días por contar.

NOCHE DE REYES

Existe y es real todo aquello que nos proponemos que así sea



La noche de Reyes, ahora tan vilipendiada y en competencia con Santa Claus, como si de dos grandes firmas comerciales se tratara, se ha devaluado, si bien no ha entrado en crisis porque la entrañable fantasía de la infancia no lo permite.


Los Reyes llegan


con magia en su pisadas;


sin dejar huella.


Hay cientos de historias que hablan de la existencia de los Reyes Magos como personajes que vinieron, desde muy lejos, para adorar a un niño que había nacido en Belén: para unos autores, es una fábula religiosa que invita a una reflexión sobre el poder de un ser sobre el resto de la creación; para otros, en cambio, una patraña. Es lógico, en este mundo hay de todo y para todos, pero quiero preguntar directamente a usted, mi querido lector/a: ¿cree usted en los Reyes Magos? Seguro que me responde, rápidamente y sin dudar, tras la reflexión, estúpida o acertada, de mi pregunta, con un sí o un no.


Si su respuesta es “no”, tendrá claro que los Reyes Magos son… y que todo responde a un monumental montaje comercial, religioso, una tontería precursora de consumo… Además, seguro que lo considera una etapa de la vida que ya no corresponde, propia de niños. Así, hasta cientos de razonamientos lógicos y acertados para el mundo material en que vivimos. Y los comprendo, pero…


Los corazones


se tiñen de colores:


niños alegres.


Abramos una ventana indiscreta e imaginémonos con 6 años y de feliz paseo de la mano de nuestros padres y abuelos. La gente va de compras; hay que preparar cenas. Saludos, a diestro y siniestro, entre amigos y familiares. ¡Feliz Navidad! Los buenos deseos. ¡Feliz año nuevo! Los ojos no dejan de perseguir el color de las luces y la imagen persistente de los regalos en los escaparates. ¡Mira, papá, eso también me gusta!


De inocentes


niños bocas que piden


el infinito.


¡Estamos esperando que vengan los Reyes Magos! Son unos personajes barbudos, muy buenas personas, que quieren a los niños… Estos días hacemos todo lo posible por ser buenos y demostrarles que somos formales y merecemos los regalos que tanto ansiamos. ¡Tienes que escribir la carta! –nos recuerdan nuestros padres-. ¡Y que tenga buena letra –insisten-, que, si no, no la entenderán!


¿Quién no recuerda, al cabo del tiempo, esas cartas y esas noches de Reyes con gran cariño? Y nos damos cuenta de que los Reyes Magos existen cuando te traen todos los años el amor de tu familia, la ilusión por luchar por ese día a día sin desfallecer, el tesón de enfrentarte a los problemas, la alegría de compartir tantas cosas con tantos amigos.


En el balcón, ya no quedaban paja, ni chocolate, ni agua. Se lo habían comido los Reyes y sus camellos. ¡Y lo sé muy bien, papá -me decía mi hija con 6 años-, porque uno de ellos, con su barba, me dio un beso mientras dormía! ¡Una barba grande y blanca!


Ella me lo recuerda casi todos los años. Yo ya llevaba barba aquella noche. ¿Quiénes son los Reyes Magos? Los míos me traen lo mejor de lo mejor cada año; este, a mi nieta Irene, quien, como suerte de magia, envuelve nuestros corazones con lazos de ternura y engalana nuestras paredes con cuadros de felicidad.


Irene llega


de Oriente con los Reyes


dejando paz.


A mi lectora predilecta, Marilupe,