Wednesday, July 29, 2009

La adolescencia perdida (2)

¿Dónde, cómo quién, tiene la solución para este problema de jóvenes violentos, conductas agresivas?

Los hechos que se viven cada día, ahora estamos centrados en las violaciones, individuales o en grupo, por parte de jóvenes adolescentes, quedo claro que era un tema de EDUCACIÓN. Nunca debemos mezclar sexo con violencia, aunque hay mucha tinta derramada donde se confunde al lector con el consiguiente criterio erróneo que el sexo implica violencia, o por el sexo se puede llegar a la violencia. No es así.
¿Qué está pasando realmente? Los hechos son sencillos y claros. No vamos a entrar en jerga psicológica ni de tipo judicial, pero si tenemos que entender que el problema es de TODOS. Nuestra juventud no es distinta a la de otros paises, y ahora más ligada a nuevas formas y tendencias gracias a Internet. El problema no comienza a los 12 o 15 años, viene de antes. Un proceso de desarrollo normal necesita de atenciones y de vigilancia por quienes son responsables del joven. Los padres, en primer término, al igual que cuando es un bebé y requiere todo el tiempo del mundo, poco a poco vamos reduciendo ese horario y lo dejamos, en muchos casos en nada de atención a las demandas de nuestros hijos. Si, ya lo sabemos, tenemos mucho trabajo, muchas cosas y al llegar a casa nos apetece descansar no escuchar las cosas que nos piden…¡¡¡error!!! A partir de aquí comienza la “separación” el que cada cual vaya por su camino. Las consecuencias son bien claras: un modelo de crecimiento sin control cuyo resultado puede ser muy negativo. Aquellos jóvenes que tienen una mayor personalidad saben decir NO al consumo, con los amigos, de drogas o de alcohol, pero es muy difícil negarse a las presiones.
El error más grave, y es incomprensible, nos lo aporta el gobernante de turno, el de ahora. Propone barbaridades como “la pastilla del día después”, habilitando una sexualidad que nadie llega a entender. Practicar sexo, todo el que se pueda, a la edad que sea y después…¡Tómate una pastilla! Me da igual la edad, el problema es la complicidad de EDUCAR de forma electoralista, nada progresista ni que beneficie a los jóvenes. Los padres, como no necesita dar autorización, ni para esto ni para el aborto, pues estamos en un “choque de trenes” en el que, espero, la cordura prevalezca.
Pero sigamos con las conductas violentas que llegan a situaciones como las de violación. ¿Dónde surgen estas ideas? Todos tenemos nuestros motivos para satisfacer nuestras necesidades sexuales, pero cuando falla la EDUCACIÓN apropiada, se manifiestan ideas morbosas que derivan, en muchos casos, en realizar actos que, con toda premeditación, ejecutan y miden, no en las consecuencias de la victima, sino en las suyas. CONOCEN SUS DERECHOS pero no entienden que DEBERES son los que deben de atender. El sistema no enseña con los medios y modos apropiados. La juventud actual es una de las más ecuánimes que en toda la historia de la humanidad se ha conocido, exceptuando casos de culturas extremas.
Un gobierno pobre en la sabiduría de educar, como es el que actualmente tenemos, muestra su lado inútil, poco acertado, al incitar a realizar actos que requieren de una mejor comprensión, de un descubrimiento sencillo, no provocado y hacer ver lo que supone esa relación y sus consecuencias futuras. Matar por matar, porque las pastillas matan, al fin y a la postre son química que se ingiere y efectos secundarios los hay. Abortar… sin palabras.
Nos queda el violar, el agredir, confundiendo la sexualidad, a otro ser, y con el agravante de edades tan tempranas.
Seguiremos con este tema, La adolescencia perdida.

Thursday, July 23, 2009

LA ADOLESCENCIA PERDIDA (1)

El cambio social que vivimos ¿Normal? Que la adolescencia no es igual hoy que ayer, si, pero hay diferencias notables…¿cómo ha evolucionado?

La violación de una niña de 13 años en Baena. Otra más en poco tiempo en Isla Cristina. Los aspectos sociales, sobre todo en educación (no confundir con FORMACIÓN), los maestros forman y trabajan un apartado de la educación, pero esta función no solamente es la de los padres, entran los maestros y los amigos y otros elementos de la sociedad (los denominados sistemas de socialización).
La cosa, por lo que podemos comprobar no funciona bien que digamos. Los jóvenes saben cuales son sus derechos pero desconocen cuales son sus deberes. Tienen claro que la Ley les ampara en todo y que nadie puede imponerles un castigo apropiado para reconducir sus actos violentos o erróneos. Hagamos una breve reflexión al respecto, pero necesaria, sobre todo porque esto de EDUCAR es una función de TODOS.
Los jóvenes de ahora precisan de muchas cosas para forjar en ellos un desarrollo normal, no digo perfecto, pero si correcto. Educar en valores, muchas veces explicar lo que es el RESPETO, el PARTICIPAR en las cuestiones sociales como decir BUENOS DIAS a todos aquellos que conocemos (no digo que lo digan con quien se crucen y no conozcan), AYUDAR a quienes lo necesiten. Son muchas las partidas que se pueden trabajar, y esto se hace antes de los 10 AÑOS. Después ya vienen los amigos (un sistema de socialización muy importante) y construirán una serie de apartados en su personalidad. Algunos pueden ser maravillosos LA CAMARADERÍA, LA AMISTAD, otros no tanto…¡el mundo de la violencia!...O LAS DROGAS… Es tiempo de vigilar y controlar, sin cerrar su espacio libre de movimiento, pero observar, ver que ocurre en sus vidas. Vemos que se vuelven respondones, apáticos, poco serviciales. Es el momento de hacerles ver EL VALOR DE VIVIR. Esta sociedad no es invento nuestro, es de todos, y en ella debemos de aportar nuestro esfuerzo, nuestro conocimiento, nuestras ideas.
Algunos desconocen el dolor, el sufrimiento. Ven los “porrazos” de los videos del Youtube, por ejemplo, y se parten de risa. Ven sangre y asesinatos en películas y no sienten emociones negativas, o elementos que puedan sensibilizarlos. La violencia convive con ellos de forma natural, en comparación con el trabajo extremo de otras épocas que otros adolescentes, en su misma edad, vivieron. Hay mucha diferencia entre la juventud de los años 40, con los hiladores, por ejemplo, y la actual ¿verdad? Ni una ni otra están en ese orden que pedimos. No vale un buen pescozón a tiempo, ni gritar, pero un castigo, un castigo “antipremio”, si puede servir. Están acostumbrados a que cuando abren la boca se les dé todo. ¡No!, hay que hacerles ver el valor de cada cosa, de el por qué se premia y porque se castiga (castigar no es pegar, no es suprimir libertad) para hacer entender que los actos y conductas inapropiados no se pueden permitir.
Antes de que se llegue a extremos como esas violaciones. Que ellos saben que pueden hacerlo y que nada les va a pasar (de forma legal si, pero no lo suficiente). Intervendrán psicólogos, y otros profesionales, pero ANTES DE ESO HAY QUE EDUCAR, prevenir desde el CONOCIMIENTO Y LA RAZÓN.
Un buen pesco a tiempo enseñaba que el dolor, en nuestro cuerpo, no dejaba duda de que si le hacía algo a otro, el daño que yo había tenido, el también podía sufrirlo. Ahora, pienso, esos límites no están bien controlados.
Dos formas de ser adolescentes...¿Cuál es la más apropiada?


VISTO PARA SENTENCIA


Todos nos investimos de poder, sobre todo cuando nos dedicamos a juzgar cosas que, en la mayoría de los casos, desconocemos en sus principales elementos que nos sirvan para emitir nuestro veredicto final.

No quiero entrar en el uso de la jerga legal, o mejor dicho, la apropiada de los abogados cuando se encuentran en el uso de su profesión. Intentaré ser lo más coloquial y sencillo.
Un hospital, como cualquier otro espacio público en donde nos movemos, puede ser un punto neurálgico para que sucedan cosas que nos impactan y que, como ahora, ocupan las portadas de todos los informativos. Podría ocurrir en un estadio, sucede en las carreteras, pero la noticia es la noticia, y nosotros, los ciudadanos de un estado democrático, en el uso de nuestros derechos de opinión, nos investimos de jueces y alimentamos posturas extremas que no son nada beneficiosas para entender y atender la realidad del problema.
Dice el refrán ¡Lo que el médico yerra lo tapa la tierra! Y hasta ahora, a regañadientes, si el error humano del galeno nadie lo notaba, todos llorando al familiar perdido, y creo que muy preocupado debería quedar el ser humano, que en su profesión no había procedido de forma adecuada.
Esto se da todos los días. Nadie puede percatarse de que le llegue una medicación equivocada; desconocer si es alérgico a algo o simplemente no se le administre a tiempo. Todo esto sucede todos los días y se mediatiza muy poco.
Ryan (o Rayan), no ha tenido mucha suerte en su corta vida. Ya la perdida de su madre ¿por omisión o error médico? No puedo decirlo, no tengo elementos que me faciliten un juicio de valor y poder emitir mi opinión. Sin embargo, en ciertos foros de la red de Internet, se llega a echar la culpa…¡A Esperanza Aguirre! Por ser problema de quienes regenta la comunidad de Madrid.
El análisis debe de ser más sincero y realista. Es un error grave, y se han de depurar responsabilidades, entender que ha sucedido y poner todos los medios para que no suceda más. Atender a una correcta práctica de la profesión y entender que se trabaja con SERES HUMANOS. Las profesiones que trabajan al hombre han de ser totalmente vocacional, no se puede trabajar por lucro en ellas. Aunque a pesar del juramento hipocrático, son muchos los que solo piensan en su lucro personal y nada en la necesidad del paciente.
El juez juzga los actos del ser humano, el médico busca lo mejor para que no padezca de dolores y paliar sus enfermedades, el guía espiritual con su alma, pero el maestro o la maestra es que han de velar para que no cometa actos que le lleven al juzgado, ni realice otras acciones que vayan contra su salud. Sea el maestro y la maestra los que nos formen para ser mejores, no digo los mejores. Desde ese aprendizaje, seguro que seremos capaces de tener veredictos más justos y más acordes para atender a la educación de nuestros hijos o para entender al propio ser humano que convive con nosotros.

Saturday, July 11, 2009

LOS SENTIDOS Y SUS PLACERES


Percibir por los sentidos y que nos provoquen, sensaciones con sus correspondientes emociones, incluso llegar a ciertos placeres, es lo mejor que nos puede pasar.

Cuando nos pica un mosquito, con cierto desagrado y rabia, exclamamos aquello de ¡me ha picado un mosquito puñetero! ¡Más que picar parece que muerden! Por si no lo saben, los mosquitos tienen dientes. Lo interesante de esta cuestión es lo que nos pasa por nuestra mente cuando nos suceden estas cosas desagradables. Nos queda una “mala leche” por el cuerpo que respondemos con cabreo y no practicamos las quince veces que reímos a lo largo del día.
El juego que nos dan los sentidos es increíble. Pensemos y repasemos cada uno de ellos y veremos lo que es tenerlos y lo importante que es cuidarlos. Partiendo del más importante (aunque no se puede decir que hay una escala de importancia) pero pienso que la vista es uno de los sentidos que nos habilita para tantas cosas que la falta de vista es uno de los mayores problemas físicos que se pueden padecer. La vida entra por la vista; los colores, la percepción de paisajes en el infinito, la luz… La vista esta representada en grandes frases, incluyendo las que nombran la belleza. Me quedo con la famosa que nos propone… ¡No hay cosa peor que ser ciego en Granada! Haciendo referencia a lo que no puedes contemplar de tan maravillosa ciudad.
El oído, uno de los sentidos que nos habilita el equilibrio, controla el vértigo, nos deja sentir la voz de nuestro hijos cuando nacen, la música que nos deleita, la comunicación con otros seres. La sordera, el problema físico que impide al ser humano disfrutar de este sentido, es tal como la ceguera, en este caso, para muchos seres les genera otro tipo de problemas, pero el más importante, como digo, es no recibir en la mente ondas que llevan cientos de mensajes de distinta índole. Sirva de ejemplo el escuchar el sonido de los brindis con las copas de cristal. Esto tiene su explicación. Disfrutan todos los sentidos del buen vino, licor, espiritual brebaje, menos el oído. Para ellos los romanos se les ocurrió que el golpeteo de las copas sirviera de generador de otra placentera sensación, con su particular sonido del brindis. Con esta acción, todos los sentidos del cuerpo humano disfrutaban de una generosa y buena bebida.
Después de esto, ya el olfato y el gusto, lo dejo para prendarme del perfume del ser querido y degustar, que tiempo es, de unos buenos melocotones, o en su defecto, que desde el bar de la esquina me llegue el olor a ese marisco a la plancha, pero que se pare el tacto, que no lleguen los dedos a palpar la cartera, que si no, por esto de los placeres de los sentidos, seguro que peco y me tomo más de una.
Yo creo que no está mal que los sentidos nos hagan disfrutar de tantas cosas buenas que la vida ofrece. Eso si, cuidarlos, solamente tenemos uno de cada para toda la vida.
¡BRINDEMOS! ESCUCHANDO...

Wednesday, July 01, 2009

EL LÍMITE DE LA PACIENCIA


Siempre se ha dicho que la paciencia tiene un límite, pero ¿cuál es?, ¿dónde está? O ¿cómo es?
Ni aún buscando entre apuntes y líneas de pensadores y eruditos, se puede dictaminar cuál, cómo o dónde está el límite de la paciencia. Cada uno, en su espacio vital, o de trabajo, o social, ha sufrido una situación en la que se ha puesto a prueba su paciencia. Algunos pueden, o saben, como controlar su estado de ánimo y no “convertirse” en una máquina de gritos, o responder de formas inapropiadas e, incluso, resolver su situación presionante de forma agresiva e incluso violenta.
Visualizo desde los registros de las cámaras de control que hay en el centro donde trabajo, como un grupo de alumnos, durante el final del recreo, regresan a las clases y, en un momento determinado, dos personajes muy dados al empujoncito y provocación, no paran de realizar su “divertida” y perversa acción de empujar, golpear, a otro compañero.
En un espacio de diez minutos, dos chavales presionan, golpean y provocan a otro de forma continua. Este último les indica que le dejen en paz, que no quiere problemas. El que empuja al otro compañero, que a su vez empuja al sufrido alumno, rie y se mofa. Las imágenes son delatoras de su acción. Al cabo de diez minutos largos de golpes y tirones de orejas y otras memeces, la paciencia del alumno que las sufre llego a su límite, no se puede determinar dónde está éste. El infeliz, por no decir otro adjetivo, que servía de “empujador”, recibió, en un par de minutos, una serie de ganchos y golpes técnicos de boxeo que le dejaron la cara como un poema. Este alumno, el agresor y su ayudante, desconocían que su “víctima” era campeón juvenil de boxeo. Las consecuencias ya se las pueden imaginar.
En muchas ocasiones les advierto a mis alumnos/as que en la calle no hay tanta permisividad como en el instituto, que nosotros, formadores, educadores o lo que se nos quiera considerar, no podemos atajar esos niveles de violencia con los que cada día nos movemos con más violencia, eso no sirve. La Ley nos ampara para que seamos pacientes, muy pacientes, y por supuesto no podemos responder a provocaciones, ni responder a agresiones, ni defendernos de nada, aunque nos graben en un móvil y nos “cuelguen” nuestra humillación en internet.
La paciencia tiene un límite, cierto, pero no se sabe dónde.
Un profesor, en sus funciones de guardia de patio, le indica a otro alumno que no puede estar por ahí. La respuesta que le dice prefiero no ponerla aquí. Una llamada de atención y correspondiente amonestación (para calmar los ánimos y fomentar esa paciencia). La respuesta: al cabo de una hora, tres gigantescas piedras sobre la luna de su coche.
Hablo con él, se siente abatido, triste. No entiende el por qué. Yo tampoco. Eso sí, la paciencia tiene un límite y un día, como seres humanos que somos, alguno se le va a ir la mano, y lo mismo que en el caso anterior puede ocurrir una desgracia. Después se le diagnostica que ha sido una situación de enajenación mental transitoria, pero el chico, chica o lo que sea, se va a quedar con un par de “ostias” como mínimo. Si no se calma la adrenalina, al menos le dejará margen a que se mantenga la paciencia.
¡Qué no lleguemos a esto! Pacientes, si, pero también somos humanos y se padecen crisis de ansiedad, de miedo, de rabia y surgir la parte de agresión reprimida que llevamos dentro y esas cosas que pueden derivar en situaciones muy lamentables.

LA MEDALLA


Las costumbres cambian. Los tiempos y las modas dan lugar a cambios muy notables.
No queda Mayo sin flores, sin que despunten los frutales y, por supuesto, cargado de comuniones. Este es el mes de María (así consta en el calendario católico), y es el mes de no saber que ponerte, pues de mañana algo de fresco, al medio día te “asas” y por la tarde noche, si te pilla en un espacio abierto, bien que puedes pillar un resfriado, eso como mínimo.
Lo más curioso e importante en el que he fijado mi atención, radica en los eventos sociales denominados Primera Comunión. Si atendemos a la evolución de esta celebración religiosa-social, veremos que la cosa ha cambiado y de una forma bestial.
Para mejor referencia, si alguien tiene fotos antiguas, podrá comprobar, paso a paso, lo que ha cambiado este acto.
En un principio era más religioso que social. Es decir, se atendía a que el niño, o niña, recibiría el Cuerpo de Cristo, como máxima acción para ese día. Se le preparaba durante cierto tiempo en lo que, como ahora, se conoce por Catequesis, y con ello, tras repaso y repaso, se formaba al infante/a en las enseñanzas evangélicas con todo detalle. Ahora, tras preguntar algunos chavales, parecen también del tipo LOGSE, es decir, bastante menos exigentes que hace tres o cuatro décadas.
El niño o niña se les vestía, como ahora, para que fueran el centro de atención de una fiesta muy grande. El problema es que antes, había que estar tres horas sin tomar nada, para recibir la comunión, y el “traje” se lucía a las 8 o las 9 de la mañana, solamente para los familiares. Ahora, con todo un séquito de trajes de última moda, acude la familia, primos, titos y amistades a eso de las doce. En lo que al calor se refiere, ahora se pasa más que antes. Alguna ventaja tiene que tener la solera del pasado.
Los comulgantes (no digo: y comulgantas, es que suena fatal), acudían a esas primeras horas con los elementos precisos y que, en la formación, se indicaban: misal, rosario y medalla-crucifijo, o de algún santo/a conocido. Ahora la cosa es distinta. ¿Misales? Me comenta unos padres ¿a cualo? ¿Eso qué es lo que es? Sin comentarios. Lo del Rosario, tan tradicional, ahora se pone como collar (los llevan algunas alumnas a clase), pero en las manos de los niños/as que toman la Primera Comunión, va en desuso, es más un engorro que una referencia a la Fe que dice reconocer. Ahora se lleva un buen reloj, un móvil, una Nintendo o cosas asi de “practicas”. No digo que este mal, cada cual haga su valoración.
Y por último el banquete. Antes en bajos y casas particulares. La noche anterior, la madre, hijas, abuelas, haciendo bocadillos a toda máquina, patatas fritas, algún tomate partido… Todo hogareño y casero. Los comensales llevaban el bolso/chaqueta ligeros de cosas para poder “guardar” algunos bocadillos…por si se echaba a perder todo aquello, para que no se desperdiciara. Algunos tenían bocadillos para cena y hasta mediados de semana. Ahora banquete a “tutti-plen”, sin reparar en gastos ¿Para qué están los prestamos? ¿Crisis? ¿Qué crisis?
Lo de la medalla, eso queda simplemente en anécdota, para dar título. Un símbolo católico es el crucifijo/medalla que se lleva en el interior; no hace falta hacer muestras ostentosas de la creencia. En ese día se mostraba por fuera, niñas y niños, era, es, un simple símbolo que dejaba claro cuál es tu religión, sin miedo, sin temor o avergonzado. Hoy, algunos llevan a los hijos/as a celebrar este día sin asistir ni un solo día a misa, y ese día comulgan, celebran, y al salir a la puerta, como yo lo he oído, ya tienen la “diarrea” con Dios. No lo entiendo.
Por puro romanticismo, me quedo con los discos dedicados de Radio Juventud de Cieza… años 60/70… “Al niño… a la niña… en el día de su Primera Comunión”. Eran cinco pesetas bien gastadas, por padres o familiares, en hacer feliz a un ciezanico/ca. Ahora se suben la imágenes al Youtube…¡y gratis!
Los tiempos cambian. Y eso es lo que hay ¿Para mejor? Yo creo que sí.

A tajo parejo y ¡sin "esclarear"!


De lo que sucede en la vida real. De la política y de lo que ya no es tiempo de ponerse a trabajar.
Vayan preparándose su mercedes para estos quince días que se nos vienen encima (o debajo, de lado, o por donde puedan pillarnos). Armados hasta los dientes con promesas e idioteces, como siempre, acuden los aprendices de oradores a vendernos la perdiz, o el albercoque, según les plazca y así nosotros nos dispongamos.
Ha empezado ya la polémica con videos y discursos cargados de odio, mala leche, ostias tempraneras y afila lenguas para decir palabras que superen a la malsonante “ojete”. El grado de crispación, falta de respeto y eso a lo que estamos acostumbrados, aún no ha alcanzado su máximo de record, pero pronto lo veremos. Si el ZP es lo que es y el Rajoy lo que aguanta, y de estos no pasamos porque en esta bendita tierra a lo más nacionalista que llegamos es a que no nos toquen el tema de las olivas.

Ahora que algunos terminan la faena de “esclarear” de segundas o terceras, vienen estos mindundis a ocupar nuestro solar de descanso, si es que algo queda, y nos invitan, menos a cañas y mojama, a que “lo suyo” es lo bueno. Lo que dice el otro, lo que piensa el otro, eso es malo, caca. Eso por no recordar palabras tan malsonantes como la citada anteriormente: “ojete”.
¡A lo suyo! A decirse insultos y a ponerse como trapos sucios, más que sucios, cargados de marranería y porquería de todos los tiempos. Que si trajes, que si prevaricaciones, que si tu más, que más tú… El miércoles un paréntesis que juega el Barça y hasta los del Madrid, como no podía ser menos, serán hinchas del Manchester. Aunque al final, las cosas como sean, que sea un equipo “español” (aunque se diga que Catalonia no is Spain) el que sea ganador.
Puestos a disfrutar de la campaña, no dejemos olvidada la auténtica “campaña” que se avecina, que ya ha comenzado. La fruta es nuestro motivo de vida. El trabajo de todo un año está ahora en marcha; son muchos los que esperan estos días para recoger algún fruto, aunque sea en forma de euro, que le sirva para paliar las penurias del año. Ya empezó con el esclareo, sin que tormentas o fríos imprevistos dieran al traste con el preciado tesoro que es nuestro campo en este tiempo. Muchos pasan de política y otros la comentan con una cerveza, cinco minutos, para dejar que pasa el garbanzo “torrao”, pero después…¡ni me acuerdo!
Ahora, que no le pase al político de turno que tenga que cumplir con todos sus electores, y que se matrimonie como aquel que lo hizo en un pueblo de esos de “cerramiento” mental, donde era, como aquí, la época de esclarear.
Llegado el momento, cumplidos los cánones eclesiásticos, casada la pareja se fueron de viaje de novios. La suegra, por no ser menos y estar tanto tiempo viuda, marcho con ellos. Habitación para el matrimonio y habitación contigua para la señora “intrusa”. No pudiendo dormir sola, la madre en leyes, pide a la pareja meterse en la cama con ellos. A esto que el joven marido intenta eso de… “al a taquel….” Cuando la citada madre, poniendo la mano en el camisón de la hija, le dice al yerno:
¿Es tiempo de esclarear ahora?
-¡Si! Le responde el mozo.
¡Pues eso! Empieza con calma y… ¡A tajo parejo….Y aquí, sin esclarear!
(Para los que no sepan lo que es “esclarear”, posiblemente no entiendan el chiste).
Moraleja: Todas las frutas pueden ser válidas, desde las más jóvenes a las más viejas, las más pequeñas a las más grandes… ¡Pero habrá que esclarear!

CAPACES DE ENTENDERSE


Difícil es entendernos nosotros en un idioma común, de uso cotidiano. Muy difícil en varios idiomas y sin tener conocimiento de ellos.
Bien que se entiende el que tiene un buen recurso de lenguaje, y mejor lo entiende quien es capaz de captar con total nitidez cualquier mensaje.
Estos días se vive en Ceutí una jornadas europeas, se denominan CEUTI, MAYO 09. EDUCATIONAL EUROPEAN VILLAGE, que con el inglés todos pueden medio entenderse, y quiere dar a entender que Ceutí es una localidad de niveles con mucha aproximación a Europa y en ello estamos.
Hasta quince países con un total de 52 personas en quince lenguas distintas. Curioso es escuchar conversaciones entre nativos. No es posible entender nada. Lo bueno de la situación es que cuando se presentan situaciones de aspecto fisiológico, como la necesidad es imperiosa, se agudiza el ingenio y da gusto ver cómo se puede pedir una cerveza o un vaso de agua.
En la barra del bar, con todo el ajetreo que supone los movimientos de manos y gesticulaciones, el solicitante, dice en inglés: ONE BEER (o sea una cerveza), pero resulta que el camarero no comprende muy bien y dice eso de ¿a cualo? Y claro el buen ciudadano de la Europa comunitaria vuelve a su teatral expresión. Al final marcando el grifo de cerveza, el más directo gesto que podía utilizarse, el camarero exclama ¡Aha una caña! La sonrisa del joven extranjero se hace patente y relajante. La cerveza es líquido espiritual y envolvente y se disfruta del momento. Tanto el camarero como el cliente, ambos de una misma comunidad, pero con diferentes lenguas, por eso que dicen de saber entendernos, el que quiere lo logra. Los que no les apetece entenderse, y son muchos, ni en un idioma de recurso, como es el inglés, no son capaces de ponerse de acuerdo, aunque sea en el color de la mierda.
Ahora toca comer y tratar de comunicarte con el resto de comensales. En una esquina unos chipriotas, en otra unos turcos, muy cerca de ellos polacos y rumanos. Los últimos escuchan y ven como se miran entre ellos. Las relaciones tucas y chipriotas del lado griego no son muy estables que digamos, pero por estar en este lugar y ante un espacio diferente, los comensales hablan en inglés para comentar cosas triviales. La procedencia, la familia, los gustos. El inglés, el idioma, ayuda mucho, más de lo que puedas imaginarte. Mas la cosa se complica, porque queremos algunas veces. Yo, con mi esforzado inglés, mantengo conversación durante unos veinte minutos con una joven chipriota. Le explico lo que es el salchichón y el chorizo (no hay palabras que puedan servir, al menos que yo conozca, para definir chorizo) pues bien, al cabo de veinte minutos, la mirada y la sonrisa complaciente y comprometedora, me deja fuera de mis casillas…
¡No sigas intentando decirme “chorizo” en inglés! En un español perfecto. La joven que conversa conmigo es de Madrid, casada con un chipriota, y por supuesto hablaba un perfecto español, pero que por deferencia al resto de invitado charlaba conmigo en inglés.
Al final, como no, nos entendimos perfectamente.

UNA DE ALERGIAS

Hablar de primavera es hablar de alergias, entre otras cosas.
Para que no se quede en el tintero, lo primero es felicitar a las Fiestas del Escudo (el nombre no lo tengo muy claro) pero a todos aquellos que forman mesnadas y cabilas, pues que son cada día mejores, sinceramente. Mi reconocimiento para Antonio y Marivi, del Mirador, que bien podrían salir de un cuadro del Renacimiento de algún autor protegido de las siempre presentes Verona, Pisa o, Florencia. En España no teníamos mucho dinero para la cultura, se gastaba todo en guerras, me comentaba un día el historiador y profesor, Ricardo Montes. Lo dicho, que no decaiga vuestras ganas de mostrar nuestros legados culturales a los muchos visitantes que ese día estaban por Cieza.
Bueno, lo interesante hace referencia a las cuestiones domesticas con enfermedades que, aparentemente, no se les da la importancia que puedan tener, o al menos muchos no saben que pueden padecerla y no se han enterado, tanto por su falta de visita al médico, como de los posibles errores de los galenos.
Hace ya un tiempo, no digo nombres, pero doy fe de ello, que a un ser humano se le puso el ojo rojo. Atendido por un oculista, bueno, bastante acreditado, dictamina cierta enfermedad propia del mismo, del ojo, mejor dicho, de los ojos. Eso sí, las manifestaciones sintomatológicas de la clasificada enfermedad eran en uno solo. Pasados cinco días, el ojo, de la cara, seguía en su tamaño excedido y su rojo intenso en la conjuntiva. Cambio de gotas. Nada de nada, después de otro tiempo, lo mismo. Se cura solo. Al cabo de tres semanas.
Pasa un año y el mismo proceso, una vuelta a las mismas manifestaciones. Otra vez el oculista, otra vez las gotas. Más de lo mismo, no se mejora. Un pensamiento acude al paciente y comenta con el oftalmólogo…¿Puede ser de una muela? ¡Puede! Afirma el galeno.
En el dentista pruebas con repruebas y más pruebas. Posible infección de un colmillo. Endodoncia al canto. El ojo baja al cabo de cinco semanas. Siempre en el mismo ojo.
A los seis meses…¡joder con el enrojecimiento y picor! Dice el paciente. Ya no va al oftalmólogo, pasa por urgencias y le indican no se sabe qué tipo de enfermedad. El ojo recibe un cóctel de gotas de todo tipo, hasta nueve diferentes. El ojo, de la cara, se compadece de lo que tanto se habla y se comenta del otro ojo, del de la espalda, pero siente lo mismo.
Ya no hay pruebas que valgan, se hicieron unas que, según otro galeno oftalmólogo, definía el padecimiento como un “cardenal” que le sale al paciente en el ojo y que se quita solo. Este ser humano no comprende el por qué no se da con la tecla.
Lee, busca información, se mete en internet y ve síntomas…¿Puede ser una alergia? Busca indaga, esto que no se debe de hacer, se hace, lo hacemos, lo hizo… Ha pedido hora con el alergólogo.
Comenta con amigos y conocidos su situación, y las coincidencias de la vida: un par de esos tantos conocidos/as, le aseveran que puede ser una alergia, que tienen familiares cercanos que lo padecen y son similares los síntomas.
De ahí que diga que una simple alergia puede ser confundida con otras patologías, y no es falta de profesionalidad, es simplemente que no podemos dar crédito a cosas tan escandalosas como un ojo enrojecido, el relacionarlas, desde las posibles hipótesis de lo que nos pasa, con una estúpida y repelente alergia. Cuidado pues, que ahora en primavera nos puede hacer visita, sin nosotros saberlo, una de alergias.