Tuesday, April 07, 2009

BULGARIA, UN PAIS DE DURALEX


A veces, un simple encuentro con algo cotidiano te permite descubrir cómo puede ser un lugar.
Al llegar al centro educativo Dimitri Dimov de Lovech en Bulgaria, mi compañera Juani comprobó que en el despacho del director había unas copas de duralex. No era nada extraño, todo era vetusto y quería renovarse en la modernidad, pero ese signo sirvió para entender que Bulgaria necesita muchas cosas, no ya económicas, de otro tipo muy diferente para poder adaptarse a los tiempos y modos de vida que las nuevas sociedades reclaman.
Este curioso hecho lo llevamos a Sofía, y de vuelta al restaurant de la primera noche, pudimos ver que ese elemento se repetía nuevamente en el postre, era ese vidrio para vajillas tan popular. El título justificaba nuestras deducciones, argumentaciones y charla coloquial sobre este curioso país.
El espacio étnico en que se mueven estos ciudadanos se ve bastante bien reflejado en el restaurante que comento. Son más de 161 platos que hacen referencia a los monasterios ortodoxos de la nación. La gastronomía entre elementos costumbristas, tradicionales y folclóricos, se dejan llevar en este restaurant. El título en cirílico no es lo mío, pero por si alguien va algún, día, que es recomendable, se llama MANASTIRSKA MAGERNICA. Lo importante era ver nuestra mesa con toques tan hogareños que, desde el propio mantel, con un cobertor más apropiado para un tálamo nupcial, hasta las sillas y elementos de las paredes, nos convocaban a conocer Bulgaria, eso sí, desde la perspectiva gastronómica de los citados conventos. Destacan, por si quieren visitarlos vía internet, el de Rila y el de Troya, entre otros.
Sigo. Nuestra mesa, indicada para comensales que quieren descubrir las cosas nuevas, o en este caso, más viejas, más tradicionales, se ve enriquecida por la actividad del camarero Boryan. Un auténtico sumiller para los vinos de su tierra y un generoso informador de cada plato. Hacía tiempo que no encontraba un personaje tan formado y elegante para la mesa, como este joven.
El primer encuentro con los platos típicos fue de sorpresa. Un pan acabado en forma de barco. Otro plato, un puchero con suculentos olores que fomentaban una gula incontrolada. Curiosamente, en el mercado que visitamos por la mañana, encontramos una amplia gama de productos españoles. Embutidos y jamones de España en una capital de aceras levantadas, cargada de historia, rota y desmembrada por la acción del hombre y su pensamiento único.
Sus gentes pasean en la tarde del fin de semana, van de tiendas, sueñan… y por la noche, como cualquiera de nosotros, disfrutan de su gastronomía, o de la italiana, o de donde sea, eso sí, los platos, como en el despacho del director del Dimitri Dimov de Lovech, aún son de duralex, de ese color amarillo caramelo o del verde, del verde esperanza con el que los postres que Boryan nos ofreció. Decía que, uno parecido a un flan, era el preferido de los niños. A nosotros nos gustaron todos, eso sí, los platos, de la famosa duralex, en su verde transparente, me dejaba imaginar que pronto habrá una nueva Bulgaria.
De momento, comer es bastante barato y comidas naturales, sin demasiados conservantes y cargadas de aromas y sensaciones que te enseñan cómo es un pueblo, una cultura, unos amigos, como los de Lovech o ese embajador que se llama Boryan del restaurant MANASTIRSKA MAGERNICA, y te abre el apetito para que disfrutes de su país.
Y si les apetece bailar el Horo


LA SABIDURIA DEL NECIO


Piensa el necio, en su necedad, que todo está a favor de su necia sabiduría.
Pasan los días de crisis y todo sigue igual. Nada ni nadie comenta algo nuevo al respecto. Las cosas siguen en su orden y el orden sigue en su caos. Todo es un esperar y el esperar es un desesperación ante las pocas soluciones que se ofrecen pero de nada sirve las buenas intenciones, que lo son, de algunos informadores para despertar al pueblo llano y sencillo, el que sufre los rigores de esta crisis.
Corren por esos mentideros de bares, y por provocación de los medios de comunicación, que el gobierno es bastante necio, y sin personificar, generalizando, hay algo de verdad en ello. No soy muy amante de volver al tema de contenidos políticos, eso dicen que trae luego enfados y enfrentamientos, pero sí que debemos de reflexionar sobre la personalidad y la conducta en los momentos más oportunos, que, a su vez, se convierten en inoportunos. Como de estos aspectos de la identidad, personalidad y sus relaciones en la conducta si puedo decir algo, pues lo digo.
Acudo al insigne psiquiatra Dr. Rojas Marco, con uno de sus trabajos en el que se particulariza con una interrogante al ser humano ¿Quién eres?
---¿El ‘conócete a tí mismo’ nos da miedo por lo que podamos descubrir?
Sí. En psiquiatría conocemos a personas que nos dicen “no me diga como soy porque a lo mejor me llevo un disgusto”. Un temor fuerte de las personas es temor a sí mismos, a ser algo que no creen que sean o que no quieren ser o a perder el control y a convertirse en alguien que no quieren ser.
Después de esto, oyendo a la “tropa” como diría el jefe de la oposición, podemos percatarnos de que más de uno puede llevarse un disgusto si se entera de cómo es. La mentira, el considerar al ciudadano de a pie como un inculto redomado (muchos pueden serlo), es algo que funciona en las aportaciones que nos dan nuestros gobernantes. Muchos, a fe ciega, como vulgarmente se dice, lo creen todo, hasta la última coma. Ese contingente de seres que no quieren conocerse a si mismo, que no saben cuál puede ser su propio pensamiento, independiente, sin fijaciones a ninguna ideología, están entrando en un “estadio”, como diría Piaget, de necedad, de insulsez.
Dejo pues, a libre elección, de que quienes se sienten engañados y, en esos mentideros, aportan su libre opinión, en relación a quienes siguen justificando lo injustificable, desde una necedad increíble, innecesaria y fuera de lugar.
Se acabó el Prestige. La guerra de Irak es historia, y la conquista de Granada solo queda en cuadros y textos, que además se estudia poco. Eso es quedarse vacío en el discurso y mostrar un alto grado de necedad política. Y lo mismo al contrario.
Señores políticos. No se cubran de necedades, ni sean necios, que investirse de sabiduría desde esa necedad nos demuestra que somos un país de cabestros sin rumbo.
Espero la llegada de una cordura y sensatez, con seriedad, con participación de todos. Los foros de Internet están llenos, por desgracia, de las mismas necedades y todas sin criterio de aportar algo positivo. Me quedo con el Dr. Rojas Marco
…Después de conocer al ser humano como le conoce, ¿aún le quedan esperanzas?
Al revés, cada día tengo más. A medida que vas conociendo te vas a dando cuenta de que la bondad es más bondad porque forma parte de nuestro equipaje genético, es una cualidad que nos ayuda a sobrevivir la especie.
Sea pues la bondad la que prevalezca sobre la necedad.