Sunday, March 15, 2009

la educación que se ha perdido


Muchas cosas pasan en nuestra sociedad, fruto de adolecer de los principios básicos de una educación.

Mucha gente confunde educación con formación. El profesorado es, ante todo, formador pero eso no quita que sea educador. Educar en el colegio no es educar desde los principios sociales que se aprenden en el seno de la familia. Una unidad de socialización tan importante como es la familia, no puede dejar esta labor, de forma alarmante como estamos viviendo ahora, para que sea la escuela quienes enseñen a los niños y niñas, a decir, por ejemplo ¡Buenos días! Eso se aprende en casa, con los padres, los abuelos, los hermanos.
Quiero destacar esto de forma clara, porque se observa, y cada día más, la falta de educación que se puede comprobar en cualquier espacio, lugar, situación o modos que determina esa carencia. Necesitaría más de una página de este periódico para detallar y corregir cada una de ellas. No soy un erudito de las buenas maneras, ni tampoco un sociólogo que advierta de los posibles conflictos que pueda generar un acto de mala educación, pero si soy un ser humano que vive algo que muchos saben que no está bien. Empecemos.
En la calle:
¡Dame fuego! Es la forma de pedir, por algunas personas, un FAVOR, una ACCIÓN QUE PARTE DE OTRO SER HUMANO. No podemos dirigirnos a otra persona que no conozco con esa expresión… NO ESTÁ AL SERVICIO DE NADA, NI ES ESCLAVO DE NADIE. Lo correcto:
¡POR FAVOR! ¿Tiene Ud. Fuego?...o ¡POR FAVOR! ¿Podría darme fuego?
No cuesta mucho decir eso. Pero eso no es una enseñanza de la escuela, eso es un aprendizaje desde la propia familia, en la mesa, por ejemplo, para pedir “algo” o demandar a otro familiar que nos facilite una cosa o realice una determinada acción. Si esto se aprende desde pequeño, en la escuela se puede dedicar más tiempo a adquirir conocimientos, sin tener que decir, una y otra vez ¡POR FAVOR, CÁLLATE! Esa palabra, la de por favor suena a “chino” actualmente a muchos chicos. La hemos perdido.
Anécdota: Domingo en un restaurant de cierto reconocimiento. Mi mesa cerca de dos mesas con bastante niños. Una de ellas, las madres hablando de sus temas, los niños corriendo por el comedor, golpeando y molestando a los otros comensales, gritando. En una palabra MAL EDUCADOS consentidos. La otra mesa, niños atendiendo a la comida, participando con los padres y otros familiares; sin levantarse; riendo igualmente de las cosas que comentaran. UNA ESTANCIA EN UN LOCAL PÚBLICO CON UNA EDUCACIÓN ACERTADA.
Los padres de la mesa de los mal educados, posiblemente mañana se presenten en la escuela y le digan al profesor que su hijo no hace nada malo, que los maestros son unos tales y nos cuales. Lógico. Han OLVIDADO LA EDUCACIÓN. La familia de la otra mesa, seguro, que entenderán que hay que seguir EDUCANDO a sus hijos, que habrá que reprimir lo que se haga mal y reconocer lo que sea apropiado.
Precisamente, si atendemos al cine, el título de algunas cintas como “La mala educación” no tiene que ver nada con el tema. Repito los colegios forman, y acompañan una educación para los chicos y chicas que debe de tener una base formativa para este menester reciproca en la familia y, desde la escuela y las familias, la propia sociedad debe de velar por que esta se mantenga. No cuesta nada, cuando se cruzan dos personas, a veces sin conocerlas, el desear entre ambas ¡BUENOS DÍAS! Y como me pasó en el comedor del citado restaurant, pasaron varios jóvenes (ignorando lo que se dice en estos casos, seguro) y una mujer de cierta edad, mirando a quienes estábamos en la mesa, dijo: ¡QUÉ APROVECHE! La respuesta, como no…¡Gracias!
Espero que cuando entremos a cualquier lugar, aunque sea a la panadería nuestra de cada día, a la del Torrula, por ejemplo, pues decir ¡BUENOS DIAS A TODOS! No cuesta absolutamente nada ¿verdad?
Y es de educados el ser agradecidos. Gracias por su atención y espero sirva para reflexionar sobre algo que a todos afecta, LA EDUCACIÓN.

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