Monday, August 11, 2008

LOS NIÑOS SON LAVABLES


No hace falta hablar, otra vez mas, de la política. ¡Es que ya aburre lo mismo y siempre con lo mismo! Esperemos a Septiembre a ver como está la cosa y las variaciones del crecimiento y la sarta de chorradas que nos comentan nuestros gobernantes, eso si, sin inmutarse nada y tratandonos de tontos de culo perennes, lo triste es que somos demasiado pacientes y creyentes con esto. Luego nos quejamos de vicio y en cualquier lugar, y no vale decir eso de ¡¡yo no los he votao!!

Lo dicho que le den mucho a la política y que se quede vacaciones, ¡pero para siempre! Interesa lo nuestro, lo cotidiano, lo que nos hace sentirnos felices por las ironías, el sarcasmo y las cosas curiosas que nos arrancan una sonrisa.

Caso 1.- El chiringuito de la playa con horario inglés.

Hay, en el puerto de San Pedro del Pinatar, una pequeña plaza que está formada por tres bares de regentes anglosajones y otros comercios. Uno de estos bares es una heladería, “La Calima”, muy curioso y ajustado a su propio estilo y modo de vida. Los carteles están, en su mayoría, en inglés (¿cómo no?) Son reductos o guetos que conservan hasta el horario de su país de origen. El propietario, educado y encantador, ofrece sus servicios al estilo más puro británico o al menos se aproxima muchísimo (un te con su milk es obligatorio y además de los más típicos de las islas británicas). La sorpresa que te llevas: ¡A las seis de la tarde con todo el sol dandote en el cogote!....¡¡¡cierra!!! y es que es el horario de su país natal.

Caso 2.- The Mojon village and Higuerica beach

Más de lo mismo. Lo curioso de esto es que es necesario hablar inglés en la zona. Ya no necesitas pagarte unos estudios de la lengua de Shakespeare carísimos y sin el aprovechamiento que aquí te facilitan. Pero hay que experimentarlo.

Entras en un pub irlandés y lo clásico es pedir una cerveza (tienen de la isla de Irlanda la que le pidas) Los clientes son, en su mayoría, irlandeses. Estás más próximo a Dublin que a Saint Peter of Pinatar (que asi lo conocen ellos). Digo, pedir una cerveza ya es una aventura. Si tu le dices, en tu inglés más acertado que quieres “media pinta” de cerveza, el camarero que es muy simpático, te responde…¿Tú, quierres una cagnignita? Sonríes y admiras el esfuerzo del chaval. Yeeesss. Y te trae un vaso de cerveza próximo a una caña, un poco más… Pagas y ya ves que la salida es un poco complicada. Barman, please…lo llamas y en el mismo inglés que has podido mejorar, le pides que te ayude a salir de aquel barrio…¡sin comentarios!

Caso 3.- La madre y el niño lavable.

No es que sea el mejor es que va en la cronología de esta semana apuntado en mi “diario de campo”. Playa del Castillico, a las 12.40 horas (lo sé bien por el reloj que hay en la playa ya descrito en otro de mis artículos). Un niño de no más de un año está siendo cambiado en la playa. La madre lo asea con toallitas y guarda el pico. Lo acerca al agua y le lava el culito. Una niña próxima al acto tan maternal de unos tres años exclama…¡Mira mamá. Ese niño es lavable! Me quedo pensativo, y riendo.

La duda es si no fueran lavables o, en caso de ser lavables los que no crecen mucho es por lavarlos tanto, y los que son tan altos es porque no se lavan en exceso…¿se preguntará esto la niña?

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